El Caballero de la Noche Asciende

«En el apego de un hombre a la vida hay algo más fuerte que todas las miserias del mundo» Albert Camus.

No es sencillo hablar de una película tan compleja y ambiciosa como esta, sin embargo se simplifica si se empieza por aquello que nos motivó a hacerlo. La película es altamente filosófica, fascinante en sus dimensiones de análisis, poseedora de una carga lírica destacada magistralmente por la banda sonora de Hans Zimmer.

Es el cierre de una trilogía, que responde a preguntas, pero que también deja ciertas interrogantes: ¿Pueden sobrevivir las sociedades sin súper humanos? ¿Es la democracia el mejor sistema posible? ¿Cuánta dosis de caos e incertidumbre se necesita para que la sociedad reaccione? ¿Es inevitable el caos? ¿Es la sociedad más importante que el individuo?

Preguntas cuya respuesta se encuentra en los adentros del espectador. Rescato siempre el elemento existencialista del director y escritor, un genio a mi parecer, Christopher Nolan (Me gusta reconocer la genialidad de las personas). Nolan nos presenta al Caballero Oscuro en el proceso de cumplir su supremo sacrificio, y alcanzar su redención espiritual. Con tintes épicos construye una ciudad fantástica que mucho se parece a las metrópolis actuales, se revelan las miserias humanas, así como las alturas gloriosas de la esperanza. Finalmente el Caballero Oscuro asciende, se eleva, como un símbolo y cumple la función principal de todo símbolo: inspirar.

Raúl Otoniel (6 de agosto de 2012)